Eugenia Ortiz Gambetta (Universidad Católica Argentina/CONICET-UNLP)
Este artículo se propone analizar las columnas de la lengua de Francisco Ortiga Anckermann, al que considero uno de los periodistas más representativos de la lingüística de legos en la prensa argentina de comienzos del siglo XX. Bajo el seudónimo de “Pescatore di Perle”, escribió durante décadas diversas columnas de la lengua en las que señalaba los errores gramaticales, semánticos y ortotipográficos de recortes de la prensa y otros textos, a partir de material que le enviaban sus lectores. Como referente semi-autorizado de la lengua, Ortiga Anckermann se posicionó como un censor que apelaba al sentido común de la lengua, y criticaba sus usos incorrectos, mediante el humor. Tanto en las columnas como en su libro Antología del disparate (1934), Ortiga hizo una propuesta interesante: por un lado, detectó fallos pero sobre todo, insistió en los abusos de estilo, especialmente la hipercorrección, aquello que Lugones llamaría cursiparla; por el otro, incorporó el lunfardo, el cocoliche y ciertos giros orales como parte de un gesto ambigüo en cuanto al empleo del argot y su permeabilidad en la lengua literaria.